Las Mujeres Colombianas y sus Comunidades
He tenido la fortuna de poder conocer los diferentes mundos que hay en Colombia y así liberarme de las mil etiquetas que me han puesto los medios a través de los años y abrirme para conocer nuevas historias, maneras de ver el mundo y ponerme en los zapatos de cada comunidad. Han sido enseñanzas invaluables que me han llevado a ver mi entorno, apreciar lo que me rodea y soltar lo que no me deja continuar. No hay nada como llegar a un sitio nuevo y sentirse como un niño que está descubriendo el mundo, con mucha intriga pero con mucha timidez también.
Es así como en este post quiero mostrarles los diferentes puntos de vista y las luchas de mujeres de comunidades indígenas alrededor del país. Apenas son un pequeño ejemplo si los comparamos los 102 pueblos indígenas que nos hacen ser una Colombia diversa.
Desde la comunidad Kogui
Las mujeres se reconocen por tener una relación muy cercana con la naturaleza, de esta manera ellas van caminando descalzas por cualquier sendero sin preocuparse por que algún animal las vaya a atacar. Por su parte, el hombre no puede arriesgarse a hacer esto, ya que es muy probable que una serpiente o un escorpión lo ataque. Esto se da porque a la mujer y a la naturaleza se les ve como una sola y al ser pares no se hacen daño entre ellas.
Desde la comunidad Misak
Tuve el privilegio de conocer a Mama Jacinta y Mama Agustina en un encuentro de Mayores y Mayoras del Cauca, gracias a mi amiga Lorena Gómez. Un encuentro que me marcó al dejarme ver la manera cómo esta comunidad percibe el mundo y se comunica con él.
Le pedimos permiso a papá fuego para empezar a palabrear, con algunas danzas y ofrendas de coca y tabaco para que nos diera la sabiduría y paciencia para así encontrar aquellos lugares sagrados que garantizan que su cultura perdure en el tiempo. Eran más los mayores que las mayoras y nosotras 3 ajenas a la comunidad: Paula, Lorena y yo, a quienes por cosas de la vida, el fuego nos reunió allí.
Me lleve una lección increíble, entendí que somos muchos los que estamos luchando por mantener vivo el patrimonio de las comunidades y de darle el valor que este merece, pero que ha sido desconocido y opacado desde la conquista española por la iglesia, el estado y más recientemente por el conflicto armado.
En las intervenciones siempre predominaba la participación de los hombres, pero esa misma noche Mama Agustina resaltó lo orgullosa que se sentía al sentirse escuchada y ser parte de la reunión, ya que fueron muchos los esfuerzos para que las mayoras hicieran parte de estos encuentros. Por otro lado, Mama Jacinta esperó a la mañana siguiente, cuando descomplicadamente le dijo a todos que jamás había visitado un sitio sagrado, ni un pico ni una laguna, pero que ella los tenía presentes por la historia de sus abuelos, quienes le contaban de tesoros y ofrendas que los españoles jamás hallaron. Hizo énfasis en la importancia de regresar a la historia, hablar con los abuelos y transmitirlo a los más pequeños para que así sus tradiciones no mueran y no se vean amenazadas por personas ajenas a su comunidad.
De ellas me lleve su esfuerzo por conservar su patrimonio cultural conectándose con lo natural y que además, estaban construyendo un camino para las mujeres que vienen atrás de ellas y merecen ser escuchadas dentro de su comunidad. La sabiduría está dentro del mismo pueblo, pero hay que saber escucharla entre silencios.
Comunidad Muisca
Fui a un recorrido alrededor de Bogotá, donde aún hay algunos monolitos y pinturas rupestres, donde se evidencia cómo la urbanización de Bogotá ha arrinconado a esta comunidad, pues ahora solo tienen dos cabildos: uno en suba y otro en bosa, y cómo no respetamos los límites que nos da la naturaleza.
Era todo el altiplano cundiboyacense el territorio de los muiscas y es increíble cómo los monolitos del puente de guadua se relacionan con el “infiernito” en Villa de Leyva, donde se encuentra el calendario muisca.
Los muiscas conciben a la mujer como creadora de vida, era ella quien fertilizaba las tierras y quien garantizaba la existencia de los integrantes de la comunidad. Así que en lo macro la mujer es tierra y las formas fálicas en el infiernito representaban su fertilización, porque siempre está presente esa dualidad entre hombre y mujer.
Además, creen en el poder de la menstruación como fertilizante. Cuando había épocas donde los cultivos no prendian, ponían sangre de la menstruación y estas tierras volvían a ser fertiles de nuevo. Así es como se evidencia el poder de la mujer y su conexión con la naturaleza.
Son muchas las maneras de ver la vida y el mundo en nuestro país, recorrerlo y quedarse con lo más lindo para aplicarlo es lo que he venido haciendo desde que empecé a conocerlo bien. Es muy valioso ver las luchas de las mujeres en cada comunidad, porque cada una de ellas tiene una realidad diferente y es así como no se puede buscar una igualdad global si no es desde los límites que marca cada comunidad, pero siempre respetando, alejándose de la violencia y garantizando los derechos fundamentales para todos.