Hace un año deje mi ciudad para cumplir mi sueño, y aunque no tenía tan claro cómo lo iba a hacer decidí tomar el riesgo. Siempre me quise ir a viajar alrededor del mundo después de graduarme, era como quitarme un peso de encima, pero antes de eso conocí el Pacífico Colombiano en octubre del 2015 y ahí todo cambio.
Ahora mi sueño era trabajar allí con y para la comunidad, algo que siempre tuve en la mente pero que había quedado en el pasado. Esto implicaba viajar constantemente, dormir en medio de la selva y apreciar un lugar que siempre tiene algo nuevo que ofrecer, conocer más de la cultura afro y de la naturaleza. Fue así es como esta se volvió la mejor experiencia de mi vida.
No tenía recursos suficientes para vivir sola y la idea de irme tampoco les gustaba a mis papás. Así que encontré un voluntariado en el Hostal Sunflower, donde desde antes de llegar Jairo, el encargado del hostal, me apoyo totalmente con mi idea. Lo mejor de vivir en el hostal fue conocer amigos de todo el mundo y que ahora sean ellos quienes hablan de mí y promueven mi idea en sus países. Todos son ahora parte de TripTrip.
El otro lado, es estar lejos de tus amigos y de tu familia, es duro, es sentirse muchas veces solo y con ganas de tirar la toalla. Pero todo va cambiando, cuando el emprendimiento te ayuda a ver quién está ahí realmente para ti. Cuando tus amigos te juzgan, te dan la espalda, te buscan humillar con su gran salario en una empresa reconocida y ese tipo de cosas, te dejan quienes son tus verdaderos amigos, pero también es una mala energía que te ayuda a comprobar lo contrario. Es un détox forzoso pero necesario, que solo deja a tu lado quienes te apoyan y te ayudan a continuar.
Ahora en cuanto a la comunidad, es totalmente gratificante cuando ellos te consideran de la familia, cuando se preocupan por ti, cuando te dan idea, cuando te cuentan sus problemas, cuando te agradecen por las personas que visitan esta región. Son una comunidad alegre y con un empuje increíble, son emprendedores reales que no abandonan a su comunidad sino buscan la manera de seguir adelante. Son orgullosos de su origen, de sus antepasados y de su tradición, es una cultura intacta durante siglos preservada por relatos orales entre generaciones.
Al entender la problemática que se vive con la basura, decidí realizar una jornada de recolección en Julio, donde se buscaba ayudar a la comunidad y al medio ambiente pero también disfrutar de la naturaleza que te rodea. La basura proviene de diferentes partes del Pacífico, de las grandes ciudades y de la misma comunidad, el único tratamiento que se le da es la quema.
Después de esta jornada, tenemos a una comunidad agradecida, unos turistas responsables y en cada uno de nuestros viajes, devolvemos los residuos sólidos a Cali donde se les da un tratamiento adecuado. En un futuro, se quiere reutilizar el plástico de las playas y se busca crear un sistema para tener un lugar más limpio, amable con el medio ambiente y la comunidad.
La satisfacción que sientes cuando ves la cara de los turistas conociendo, indagando y apreciando este lugar tan poco turístico en nuestro país no tiene precio. Al final, cada una de las personas que viajaron con TripTrip conocieron una cultura preservada durante siglos, una biodiversidad incomparable, unos paisajes inolvidables y conocieron la verdadera realidad colombiana.
Para mi cada esfuerzo ha valido la pena, cuando alguien habla del Pacífico, cuando alguien lo recuerda, cuando veo y percibo a una comunidad que cree en mí y me hace parte de ella. Creo profundamente que los cambios y las iniciativas empiezan por uno mismo o sino nada sucederá. Mi gran satisfacción es percibir que con cada turista tengo a una comunidad agradecida que quiere seguir adelante.
TripTrip me ha cambiado la manera de ver la vida, de ver a mi país. Me ha mostrado realidades tristes, pero también comunidades llenas de esperanza. TripTrip se ha encargado de romper estereotipos negativos en zonas rurales de Colombia y de mostrar de lo que realmente estamos hechos. TripTrip me enseñó a disfrutar la vida, un día puedes estar comiendo una lata de atún y otro un plato de piangua, pero así comprendí que nada es para siempre ni las buenas ni las malas.
Para mi emprender es la mejor manera de conocer tu mundo, la vida real y las personas que valen la pena a tu alrededor. Te vas liberando de lo negativo y nadas en contra de la corriente para terminar totalmente tranquilo, cansado pero tranquilo. Jamás me voy a arrepentir por creer en esta región, por trabajar con su gente y gracias a esto no estoy en una oficina cumpliendo el sueño de otro, sino pensando en cuál será el próximo.
PS: Aprovechando el Día de la Mujer, recuerdo a alguien que me dijo “Lo que haces, ni siquiera un hombre es capaz de hacerlo”. Sigo sin entender el sentido de esa frase, pero vale.